Pues son muchos los que nos preguntamos si es mejor el vehículo eléctrico y es que hay muchos factores a tener en cuenta.

Hay algunas ventajas.

Y es que de media las familias usamos el vehículo unos 40 km al día. Pues este trayecto lo podemos cubrir perfectamente con la batería del vehículo. Si queremos hacer un viaje largo una o dos veces al año, que sería lo normal, en este caso nos tendríamos que organizar para cargar en los cargadores públicos que haya a lo largo del trayecto. ¡No es para tanto!

Por lo que concierne al precio, ponemos un ejemplo de un vehículo que tiene 200 km de autonomía, pero que tiene una capacidad útil de 180 km y estos se traducen en 28,8 kWh, que sería la carga completa. Si hacemos 40 km al día, si lo pasamos a kWh son 6,4 kWh. Si el precio del kWh de media nos cuesta 0,15 + impuestos, tenemos un consumo de 6,4 * 0,15 = 0,96 + impuestos al día.

Es cierto que la inversión para adquirir un vehículo eléctrico es grande, pero también notaremos luego un ahorro en el combustible al mismo tiempo que seremos menos contaminantes. También hay reducciones fiscales, ayudas por adquisición y algunas otras ventajas respecto al vehículo contaminante.

El vehículo eléctrico también tiene sus desventajas.

El reciclaje de baterías aún no nos da confianza y tampoco nos queda claro si es posible recuperar todos los componentes y todas las baterías, pero creemos que se investigará el tema a fondo. Hay que tener en mente que les podemos dar una segunda vida a las baterías.

Referente a su fabricación también hay unas emisiones que hay que tener en cuenta, de la misma forma, que hay contaminación en la extracción de materias primas. 

En conclusión:

Pensamos que la prioridad es la de reducir el consumo y especialmente reducir las emisiones, pero también tenemos que ser conscientes que la automoción es el pilar de nuestra economía y nos permite movernos. 

GDS Instal·lacions.